Perdido en tus sabores busco la más tierna esencia de mí, y me encuentro dormido en tu pecho, preso de tus manos, atado a tus caricias, esclavo de tu cielo.
Sin un suspiro de más te escapas de entre mis dedos y logro anhelarme en mí que soy yo solo tuyo, mío de carencia de mí.
Consigo saborear tu piel de vainilla fresca.
Perderme en los laberintos de tu pelo de canela.
Si me siento frágil refugiarme en tus caderas.
Tatuarme tus labios en la frente.
Respirar los cristales de tu cuello.
Dulces ojos de azúcar moreno.
Tenerte cerca, encerrarte en mi mente.
Y mordisquear esas uñitas de caramelo.
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