miércoles, 15 de agosto de 2012

Buenos días, corazón



Se acabó, llegó el momento.

Este reloj lleva parado demasiado tiempo, que él me marque los latidos.

Por fin lo he comprendido: ella no va a venir hasta mí volando.

Soy yo quien tiene que salir a buscar a la que vuela.

Y sé que tú vuelas, lo sé, lo supe desde el primer momento y pienso comprobarlo.

Tic, tac, ya se oyen los latidos.

¡Escucha! ¡Mira! ¡Siente como brota! ¿No es una maravilla?

¡Solo estaba dormido!

Congelado.

¡Suelten las mariposas!

Hasta derretirme entre tus labios…

¡Engrasen los engranajes!

Es increíble, cómo logras evaporarme…

Limpien las telarañas, enciendan las luces, ¡Más leña al fuego! ¡A toda máquina! ¡Viento en popa! ¡A toda vela!

¡He vuelto!

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