domingo, 30 de septiembre de 2012

Matria


Es algo que hay dentro de mi, que sale de mis profundidades, de mis abismos. Brota, emerge como la fe. Tan pasional, algo tan irracional como la misma fe y que luego la razón moldea. Como el minúsculo y vulnerable brote de olivo que ha de retorcerse, acomodarse durante años para decidir su postura, y cuando esto ocurre se vuelve robusto, impasible, férrea madera de fe moldeada por el pensamiento crítico.

Es esta pasión que me corroe. Me da la vida y me consume. Es esta matria que me hizo y me deshace.

No nací en ella, nací de ella, estoy hecho de remiendos de su esencia.

Ella me forja, me da espíritu, me insufla aire divino.

Con un solo quejío me levanta y me domina.

Ella...

Tú, amor gigantesco y eterno... Amor siempre fiel.

Sobre mi piel se erigen tus mezquitas, tus Giraldas, tus Alhambras, tus torres del Oro. Tus palacios, tus ruinas, tus acueductos. Tus casas blancas sobre tu campo verde. Tu furia roja, tu espíritu que hierve.


Por mis venas corren tus aguas. ¡Están tintados tus ríos por mi sangre!


La espuma de tus mares reside en mi saliva, mis ojos son el verde infinito de tus olivares.


Tus gentes están en mi risa y mi voz en las suyas.

Matria, mi dulce matria...

Guardo el azul de tu cielo entre mis brazos, en el negro de sus noches relucen tu luna y hasta constelaciones de mis lunares.

Matria. Estás en mi, no hay quien nos separe.






viernes, 21 de septiembre de 2012

Vivir en tu memoria


En tu risa.

En tus manos que ya no besan. En tus labios que ya no tocan. En tus uñitas de caramelo amargo.

En tu voz que conquistaba imperios. 

Vivo en el aliento de un animal que sueña. En el cariño roto de una madre. 

Vivo en abrazos de piedra, en besos de estatua. Vivo en las yermas avenidas de Valencia. En el fondo de los canales de Venecia.

Vivo en el frío y en la calima. 

Hiedo a tu esencia. Y el olor se desvanece lentamente entre unas sábanas que anhelan el roce de tu cuerpo. Se difunde en el espacio que añora tu risa. Se esparce por un aire que ansía que lo respires. Tu esencia escapa de mi, como si desdeñase el vacío que es mi pecho. Y se regala por el mundo, como el manjar que eran tus suaves pestañeos. Los suspiros entre dedos y las olas del mar que bañaba la costa de tu cuello, todo se me vacía. Como un reloj de arena que se descarga de vida. Se me vacía hasta tu ausencia, hasta el olvido se me vacía.

Vivo levemente en tu recuerdo, vivo suavemente en el regocijo del olvido. Vivo lentamente, aferrado a tu sombra.

Y así vivo. Diluido en tu memoria.

miércoles, 19 de septiembre de 2012

Imposibles



Desgarran.

Los imposibles mutilan.

Los imposibles devoran callando.

Destruyen.

Imposibles que abominan.

Los imposibles arrasan.

Los imposibles son sueños infinitos.

Esperanzas que nunca llegan.

Los imposibles son recuerdos vacíos.

Y gargantas que anhelan.

Los imposibles son mitos.

Realidades enfermas que desesperan.

Los imposibles.

Son pieles marchitas de primavera.

Aniquilan miradas los imposibles.

Vendan los ojos.

Enturbian el alma, diluyen las almas, las otras almas, las diluyen.

Golpean con contundente razón los imposibles.

Construyen altos muros de razón. Inquebrantables ladrillos de realidad.

Fronteras de realidad, abismos de realidad.

Enfermos de realidad.