jueves, 20 de enero de 2011

Mousse de veneno.



Maldita sea, lo he vuelto a hacer…
He vuelto a enamorarme de ti, y de ti y de ti. De todas a la vez y de ninguna en concreto.
Maldita sea.
Malditas seáis.
Todo porque vuestras mentes me seducen… son tan exquisitamente ingeniosas…tan sublimemente agudas…
Hasta su inexpresividad consigue seducirme.
Siento cosquillas cuando la mía domina a las vuestras y viceversa, cuando las vuestras hacen la ausencia a la mía.
“Las palabras no hacen el amor, hacen la ausencia, si digo agua, ¿beberé?, si digo pan, ¿comeré?, lo que pasa con el alma es que no se ve, lo que pasa con el espíritu es que no se ve. ¿De dónde viene esa conspiración de invisibilidades? Ninguna palabra es visible.”
Os aborrezco porque sois mías y no.
“No me perteneces, no te pertenezco, sólo cuando aparezco y con mi luz te busco.”
Estáis cómodas en mi memoria, os gusta infectarme los sentidos, hasta los latidos los tengo infectados de vosotras, mentes parásitas.
“Mi cuerpo está en tu cuerpo y, ¿Quién nos separa? Si mi alma nos miraba desde el techo con cara rara…”
Tengo el pensamiento infartado de vosotras.
“También tengo un cerebro cascado y un gatillo atascado, y así ni me aburro ni me enfado.”
Me llenáis tanto que a veces siento que estallo, me consumís tanto que a veces pienso que ya no queda nada de mí.
Me destruís al intentar construirme, fugaces, como ese verso hiperactivo que sale del pecho.
Malditas musas, estáis muertas.
Sois dulces y tóxicas, como una mousse de veneno.
“El cuerpo que sostienen mis piernas es un claustro de fobias y preguntas eternas.”
Malditas seáis, todas y cada una de vosotras, mentes afrodisíacas, tanto os detesto que llego a amaros.
“Con mi lengua en tu espalda escribí un soneto raro…”

lunes, 17 de enero de 2011

EL GEN EGOÍSTA



-A veces llego a pensar que todo no es más que una excusa.
-¿A qué te refieres con todo?
-Todo, me refiero a todo, el amor, la vida, la filosofía, la ciencia, incluso la muerte.
-¿Y sólo lo piensas a veces? Para mí es una constante.
-Demasiado radical, ¿no crees?
-Radical es poco.
La filosofía y la ciencia son sólo placebos, juguetes que nos regala un hipotético Dios para que nos entretengamos y creamos ser determinantes, cuando no somos más que instrumentos, vehículos, como esos juguetes que compramos a los bebés para que aprendan poco a poco a desenvolverse. Incluso esta filosofía barata que hacemos en este momento es uno de esos juguetes más pueriles que rigurosos.
-¿Por qué piensas que somos vehículos?
-Vehículos, recipientes…como quieras llamarlo. Cada uno de nosotros portamos unos determinados genes, son ellos los que han pactado con lo que llamamos amor para que procreemos y puedan conocerse entre ellos. Algunos de esos genes están implicados en la síntesis de determinadas sustancias que nos hacen entrar en un estado al que nosotros hemos llamado amor, de esta manera se aseguran de que estarán presentes en los individuos que serán nuestra descendencia fruto de ese amor, es todo una maquinaria perfectamente planificada, un plan urdido magníficamente, una excusa más.
También los virus infectan células, utilizan su maquinaria y la mantienen viva mientras les es útil para persistir en su pseudo-vida, cuando ya no les sirve no se limitan a abandonarla sin más, la destruyen. Nuestros genes actúan con nosotros de la misma manera, nos utilizan como medio de transporte y cuando ya hemos dejado descendencia y la permanencia de genes iguales a ellos está asegurada comenzamos a deteriorarnos, incluso llegan a ser crueles, no acaban con nosotros rápidamente como hacen los virus con las células, ellos dejan que suframos un lento deterioro que siempre tiene el mismo final. El gen egoísta lo llaman. Por tanto el amor, la vida, la ciencia con la que hemos descubierto la existencia de esos genes, no son más que excusas.
-¿Y qué hay de la muerte? Dijiste que era otra excusa…
-Exacto, si nos dieran un tiempo indefinido nos tomaríamos con tranquilidad eso de dejar descendencia, y eso a nuestros egoístas genes no les conviene, es una manera de meternos prisa.
-Así que estaba en lo cierto, todo, absolutamente todo es una mentira, una obra teatral que han inventado para utilizarnos.
-Así es, pero no pienso que pretendieran engañarnos, más bien nos crearon con ese fin, nosotros somos la prueba patente de la mentira.
- Puede ser…
-Por cierto, tengo unos genes estupendos;
¿Quieres ser mi vida?
¿Mi recipiente?
¿Mi filosofía y mi ciencia?
¿Mi juguete?
¿Mi amor y mi muerte?
¿Mi sustancia y mi prisa?
¿Quieres ser mi excusa?
¿Quieres ser mentira?

martes, 11 de enero de 2011

Nos consumimos, se consume.



Cada día que pasa añadimos otro grano más al montón.
Construimos nuestro tiempo.
Y a la vez lo consumimos.
Nuestros futuros besos se van diluyendo en segundos que como pirañas los despedazan.
Templando nos disuelven.
Como hormiguillas nos recorren la epidermis dibujando hondos valles en nuestras pieles.
Y otro grano más al montón.
Esa misma arena que nosotros, ingenuos aéreos, barremos, nos erosiona.
Como pequeñas balas que nosotros mismos impulsamos a desgarrarnos la esencia.
Los abrazos que aun no han sido lloran impotentes tu indiferencia.
Y otro grano más al montón.
Las palabras de amor que aun no te he dicho están cansadas de esperar.
Tratan de escapar de mí como pueden.
Y otro grano más al montón.
Nuestros cómplices suspiros aun no han podido conocerse.
Se mandan señales de humo.
Y otro grano más al montón.
Los sueños aletargados hibernan, taciturnos, anestesiados.
Con la esperanza de ser descongelados algún día.
Y otro grano más al montón.
Las caricias por hacer laten impacientes con el tintinear de tus estrellas que se apagan…
Que se apagan…
Y otro grano más al montón.
Hemos ido construyendo nuestro reloj de arena y ya se ha puesto en marcha.
El verano se asoma tímidamente tras los segundos, con la timidez de un ladrón de nosotros mismos. La estrella rey cada vez está más alta.
O acabamos nosotros o se acaba el tiempo…

miércoles, 5 de enero de 2011

Mucho más que miradas.

No podéis ocultar lo que sentís.
Os delatan vuestros ojos.
Ellos lo dicen todo. Vierten más literatura que la que se ha derramado desde que desarrollamos la capacidad de hablar y escribir.
Y sólo con los ojos…
Sin embargo hay quien suele mirar a la nada.
Yo sé leeros los ojos.
No intentéis fingir, no podéis engañarme, sé perfectamente lo que sentís.
En cada momento.
Lo que pensáis.
Cuando mentís.
Por eso siempre os miro a los ojos. Aunque no pueda verlos os estoy mirando a los ojos.
Porque no consiento que me engañen.
Tampoco soporto no saber qué estáis sintiendo.
Sé inequívocamente cuando me amáis sinceramente. Pero a veces me hago el tonto…
También sé cuando me estáis traicionando. Pero suelo hacerme el sorprendido…
Ya he aprendido a leer los ojos fugaces, los ojos primeros.
Los ojos pardos.
Ojos inocentes.
Oportunistas.
Ojos expertos.
Mentirosos.
Ciegos.
Los ojos de infinitos mares castaños.
Los ojos del pecado.
Ojos tintineantes.
Sinestésicos.
Ojos vacíos.
Y cada par de ojos sabe que me estoy refiriendo a ellos, ya os he descifrado.
Pero aun no he conseguido leer los ojos amarillos…
.
Ahora sabéis cuál es el secreto.
Midiendo la dilatación y contracción de las pupilas, el brillo, la apertura de los párpados, la postura de las cejas y la transparencia del iris, puedo resolver todos vuestros encantos.
No hay quien me aguante la mirada, porque sabéis que yo no miento, y a los pocos segundos de ver unos ojos tan sinceros sentís vergüenza y negáis vuestra propia mirada.
.
Ese par de ojos amarillos… ¿Cuántos secretos esconden? ¿Qué enigmas se ocultan tras tanto misterio?
Se visten de castaño pero son amarillos, puede que no sepa interpretarlos, pero sé que son amarillos…
Solo distingo un ininteligible galimatías en ellos. Y me pierdo…Y me pierdo.
“Ese mirar que escribe mundos en el infinito...”
[…]
Si tú murieras y contigo tu par de amarillos enigmas abandonados, “las estrellas, a pesar de su lámpara encendida perderían el camino ¿Qué sería del universo?”

También mueren las estrellas.



Dame una ilusión porque estoy muerto.
Invéntame un color, porque estoy grisáceo.
Sin ilusión no sé vivir…No sé morir sin amarillo.
“Los muertos no emiten señales de ninguna suerte…Mala suerte y paciencia, puesto que la vida es un lapso musical del silencio…”
Es solo que el silencio no existe y hoy ha venido a vernos, ha venido a arañarnos el alma, esa que digo es inexistente…Al menos yo no tengo.
Te lo suplico, dame una ilusión, sálvame.
Sálvame de esa metáfora enloquecida que me persigue en sueños. Puede que por fin haya perdido el juicio.
Pero si lo he perdido en parte es por ti, porque no he resuelto tu misterio.
Tu enigma me enloquece, no hay mas leyes que el vivir atrapado entre tú y yo.
Te necesito.
Se nos agota el tiempo…
¿Lo ves? Es el Sol que nos persigue…
Puede que él también haya muerto…