sábado, 13 de agosto de 2011

¿Hay vida antes de la muerte?



-Las personas, la sociedad en general, anda angustiada, correteando por ahí como pollos sin cabeza. Preguntándose qué demonios hay después de la muerte. Si nos estará esperando Yahveh, Alá, Buda, Satanás, Zeus, Rá, el Demiurgo, Jehová, Ganesha o cualquiera de las deidades que hemos ideado o si nos convertimos en energía, o si simplemente morimos sin más,.
Y la pregunta verdaderamente importante es: ¿Hay vida antes de la muerte?
Para responder a esta pregunta y resolver la dicotomía entre antes y después es necesario analizar primeramente el punto intermedio. ¿Qué es la muerte? ¿Qué es morir? Estamos constituidos en primera instancia por átomos, los átomos son prácticamente eternos, no mueren. En una escala de orden superior estamos constituidos por células, nuestras células en un cultivo con los nutrientes y temperatura necesarios tampoco mueren. Entonces, ¿qué es morir?
Si entendemos la muerte como la desaparición de una conciencia antes existente capaz de percibir la realidad externa a ella misma entonces sí podemos hablar de muerte con plenos derechos. Esta concepción de la muerte asume la existencia de una realidad exterior a la conciencia y con ello la existencia de ella misma y por tanto de la vida. Sí hay vida antes de la muerte.
Pero desde luego no vive aquél que emplea su existencia y su conciencia en indagar qué encontrará después de su muerte como conciencia perceptora.
La siguiente pregunta a plantear sería entonces: ¿por qué morimos?
Morimos porque envejecemos, y envejecemos porque no amamos, entendiendo el amor desde su dimensión más biológica.
El potencial biológico del ser humano le permitiría vivir hasta 400 años, pero para ello es imprescindible desarrollar por completo nuestro potencial de amar. Significa esto que si antes vivíamos como máximo 50 años y ahora unos 110, ¿hemos visto incrementada nuestra capacidad de amar? Para nada, hemos suplido el amor por otros potenciadores de la vida que resultan ser artificiales. Pero estos potenciadores como lo es la medicina jamás nos harán vivir 400 años si no desarrollamos al máximo nuestra capacidad de amar.
La visión social del amor es demasiado ambigua, está demasiado manoseada, tergiversada e incluso violada, sucia, impura, en cambio su dimensión biológica…no entiende de términos medios ni ambigüedades, no hay otra forma de amar si no es al máximo, no existe el amor mediocre, cualquier amor que escatime nunca será verdadero amor. Y todo aquél que no ame de esta manera que no se preocupe en buscar qué hay más allá de la muerte, pues ya está muerto.
Así que no te preocupes mi amor, conozco el gran truco para demorar al tiempo y a la muerte.
-¿Y me vas a seguir amando aun el día que ya no me quieras?
-Sí. Voy a seguir amándote aún el día que ya no te quiera.