sábado, 27 de noviembre de 2010

Ya no me acuerdo.



Ya no me acuerdo.
Ni del perfume de la brisa, ni el de tu pelo, ni de tu risa, ni de tu cuerpo, ni del tacto de tu piel con la mía, ni de tus besos.
Ya no recuerdo cómo de verde era ese césped, ni cuántas lunas salieron al alba, ni de los ríos de tinta que esa avenida recorrieron, ni de las miles de cartas que trajo el cartero.
Ni de la espera, ni de los caminos, ni de la lluvia, blanca como esa tormenta en el cielo, ni de los ángeles caídos, ni de la musa que sin prisa me llenaba de anhelos.
No consigo recordar la fecha y hora del primer beso, ni del último.
No me acuerdo de si tus ojos eran marrones o negros. Ni de ese pequeño lunar en tu mejilla en el que solía centrar la vista.
Ni de la sombra que dibujaba la luz al posarse en tu pecho.
Ni del lugar donde fabricábamos los sueños.
Por suerte, ya no me acuerdo de tu recuerdo.

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