sábado, 27 de noviembre de 2010

Alas rotas.



Hice mi corazón de aire para que supiese amar volando.
Lo forjé en acero para que hiriese con mirarlo.
Construí mi corazón con agua, quería que fuera incoloro, transparente.
Hice mi corazón de diamante, para que dejase una cicatriz con cada caricia.
Lo levanté en piedra para que no se me filtrara por ninguna rendija ningún rastro del pasado, ningún recuerdo.
Ejercer el olvido por voluntad es imposible.
Mi corazón nació de oro blanco, inerte pero irresistible.
Se cocinó de chocolate para que fuese afrodisíaco, exquisito, suculento.
Lo dibujé en la arena para que lo borrase tu marea.
Lo tallé en madera para que ardiese en el fuego de tu indiferencia.
Volaba y mis alas se quebraron, entonces caí del cielo a la Tierra, como un ángel desterrado. El pecado original y un destino en mi maleta.
Tengo el corazón pequeño y el amor grande, normal que me duela.

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