Hoy decidí reir, reirme de todo, a carcajadas, llorar, pero de risa.
Hoy decidí empezar de nuevo, reemprender el camino, coger carretera y manta.
Hoy decidí ser uno nuevo, vestirme de gala, sacar a lucir mi mejor sonrisa.
Hoy decidí marcar hoyuelos y achinar los ojos.
Hoy decidí dejar de lado lo que nada importó nunca, volver a retomar lo que sí que importaba.
Hoy decidí no aparentar, ser.
Hoy decidí ganarle el pulso al tiempo, ser dueño de mí mismo.
Hoy decidí parar el mundo y bajarme.
Hoy decidí hacer las paces con mi conciencia.
Hoy decidí reir de nuevo.
Hoy decidí dejar de lado las venganzas, las represalias.
Hoy decidí tomar el toro por los cuernos, seguir de frente, no volver el rostro.
Hoy decidí enamorarme de mí mismo.
Hoy decidí vivir al límite.
Hoy decidí dar la vuelta al mundo sin levantarme del sofá.
Hoy decidí tirar los trastos viejos.
Hoy decidí, hoy, y el resto de mis días, ser feliz.
Hoy decidí construir mi universo y manejarlo a mi antojo, jugar a ser Dios, mi propio Dios.
Hoy decidí decidir yo.
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