domingo, 21 de octubre de 2012

Yermo


Destierro.

Bastos, áridos campos de mi pecho.

Sequía descomunal.

El vacío que es este cuerpo que no vibra. Que no tiembla. No seduce.

Ya no se marchita.

Campos estériles del alma.

Metáforas muertas, prostituidas, reutilizadas.
Muertes metafóricas que ya no dicen nada.

No sienten.

Cárceles de barrotes de oro
no me sirven.

"La esperanza tan dulce
tan pulida tan triste
la promesa tan leve no me sirve
no me sirve tan mansa
la esperanza
la rabia tan sumisa
tan débil tan humilde
el furor tan prudente
no me sirve"

Infiernos de cristal ya no me sirven.

Gritos de añoranza que escapan de entre los dedos
de unas manos que son tibias.

Campos inertes
de inerte inercia.

Baldíos escenarios
de infecundo placer.

Sabrosa, descarnada, famélica, leve, pequeña, dócil, tenue.
Mi querida muerte, qué mediocre eres...

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