Hay fuerzas incontrolables…
Mirad lo que habéis conseguido, habéis hecho universal la gravedad y ahora incluso a mí me afecta.
Ya no vuelo, Dios mío, ¿Qué me pasa? Ya no vuelo…
Puedo volar y no quiero, o no quiero intentarlo por miedo a descubrir que ya no puedo…
Me atrae este suelo de cristal a sus vítreos encantos, sé que planea desmoronarse bajo mis pies y destrozarme con él en mil pedazos.
Atrapado entre el inexistente espacio que deja la atracción entre dos cuerpos, me amarra la tierra a su muerte incorpórea, incorpórea muerte puta…
Áspera, dura, acuosa gravedad helada…
Antes era de aire y ahora sólo encuentro soporte en la infinita divisibilidad de la arena que mueven los aéreos, si es que aun existen.
Maldita gravedad, gravísima gravedad, nos agarras con demasiada fuerza. Deja al menos que soñemos con escapar de tu abrazo.
Sólo deseo la gravedad con la que se atraen nuestros cuerpos, pero es tan minúscula…inversamente proporcional al cuadrado de la distancia que imaginariamente nos separa.
Habéis sucumbido, habéis echado raíces. Os aferráis a la gravedad sin más destino que sucumbir lentamente en su asfixiante persuasión.
Maldito seas Newton, por cuantificar la masacre:
F=G (M.m)/(d^2)
F=G (M.m)/(d^2)
Esa manzana se pudrió, murió sólo cuando tocó el suelo, cuando fue vencida por la gravedad…
Tú, que originas la aceleración, la prisa, nos has hecho creer en el tiempo, grave y letal, dulce muerte puta…
784 Newtons de asesina gravedad me mantienen anclado al infierno, ya el cielo no es mi terreno.
“Quien osó superar el vuelo de los pájaros una cosa debe saber: caer, pacientemente, descansar en la gravedad…”
¿Por qué ya no vuelo?
Si al menos me atrajeran tus soles para poder arder entre sus llamas…